Creo que pocas cosas hay tan gratificante como hacer un bizcocho. Ya las abuelas eran expertas en esta materia y es que no se requieren ingredientes raros para hacerlo. Un bizcocho tiene que llevar: huevos, azúcar, harina, lácteo y levadura para que suba. Básicamente con esto lo tienes, luego meter aromas, cambiar el lácteo... Ya la imaginación al poder. Bueno y también se necesita un molde porque si no la masa se pierde en el horno, pero a muy mal andar, hasta una cazuela bien engrasada nos puede servir.

Los sabores que he elegido hoy son limón y jengibre, como sabéis a parte de chocoadicta reconocida el limón me vuelve loca, creo que es un cítrico que aporta mucho en los postres y el toque ácido evita tanto dulzor. En el blog podéis encontrar varios bizcochos con limón y también galletas. 

Bueno que no me enrollo más y os dejo con esta fabulosa receta para que preparareis el finde.

INGREDIENTES (24 cm):

• 250 gr mantequilla en pomada
• 200 gr azúcar
• 3 huevos
• 1 cucharada zumo limón
• 2 cucharadas de leche
• 250 gr harina
• 1 cucharadita levadura
• 50 gr almendra molida
• 1 y 1/2 cucharadita jengibre en polvo
• 1/4 cucharadita sal
• ralladura de un limón
• 1 cucharadita de jengibre fresco rallado

PREPARACIÓN:

Tamizamos la harina junto con la levadura, jengibre en polvo y pizca de sal. Reservamos

Ponemos en el bol la mantequilla junto con el azúcar y batimos hasta tener una crema. Después se agregan los huevos uno a uno. Y también le vamos a incorporar el zumo de limón y las ralladuras de limón y jengibre.

Incorporamos la harina tamizada de dos veces y entre medias la leche.

Terminamos con la almendra molida.

Engrasamos un molde de 24 cm o uno alargado de cake y vertemos la masa.

Metemos en el horno precalentado a 180ºC durante unos 40- 50 minutos.

Sacamos y dejamos enfriar en rejilla.

Mezclamos los ingredientes el glaseado y se lo vertemos por encima una vez que el bizcocho esté medio frio.

Besines,