Este pastel de queso y limoncello te tiene que transportar a Italia, sí ó sí. Porque lleva ingredientes que son muy característicos de allí. Cuando estuvimos en Venecia, me traje, entre otras cosas, una botella de Limoncello que voy guardando porque si tomamos un poco de ella, siempre nos recuerda el viaje, es como mágica.

Para esta receta y porque creo que la ocasión lo merece he utilizado ese limoncello para hacerla. La receta de mi querida Isabel que en este confinamiento nos ha regalado un montón de recetas fabulosas, todo lo que hace es genial y sale siempre bien, así que no hay que pensar mucho si va a salir. Además tiene gustos muy similares a los míos, por lo que todo lo que hace me gusta.

Este pastel, porque no es un bizcocho, tampoco es una tarta de queso, es un pastel riquisimo que no tiene ingredientes raos, tampoco se requieren grandes herramientas resposteras para elaborarlo y puedes usar casi cualquier molde que tengas en casa, cambiara la altura pero no el sabor.

Te dejo la receta y si lo haces ya me cuentas.

Batimos el azúcar con los huevos hasta tener una crema espumosa y clara, incorporamos el queso sin dejar de batir, después el aceite y el licor junto a la ralladura.

Añadimos la harina tamizada junto con la levadura y mezclamos bien para tener una crema homogénea. Vertemos en el molde elegido previamente engrasado y con papel, yo he usado uno desmontable redondo de 20 cm,pero se puede usar uno alargado de cake.

Metemos en el horno precalentado a 180ºC durante unos 40 minutos, hay que comprobar si está hecho pinchando un palillo, porque dependerá del tamaño del molde y del horno.

Dejamos enfriar sobre rejilla y una vez frio ponemos el glaseado por encima, que hemos hecho mezclando los ingredientes.

Besines,