Minicake de Limonada Nazareno

2.4.12

Estamos en Semana Santa, en muchos blogs se ven huevos y conejitos de Pascua, para muchos es una semana más del año, para otros es algo más. Yo soy de estas segundas, pues soy cofrade, de los Nazarenos, vamos de "Los morados" cofradia que data de 1604 y de la más numerosa en cuanto a número de hermanos.

Sinceramente, la religión para mi no es algo primordial aunque haya estudiado en colegio de monjas, pero la cofradia y la semana santa despiertan otro sentimiento en mí. El ver a mi Nazareno o a la Virgen de la Amargura, ya sea en la capilla o procesando me entra una cosa por el cuerpo que no se ni explicar y ya cargar el paso eso ya son palabras mayores.

Cuando era pequeña esperaba oír el toque del "tararú" cuando veía la procesión de Los pasos (Viernes santo) emocionada y orgullosa porque mi padre cargaba, además era de los que hacían la Despedida de Jesús ante la Virgen en el pórtico de la Cofradía, acto que recomiendo ver a todo el mundo que esté en Palencia en esta fecha, al igual que la Procesión del Silencio, roto por el bombo que marca el paso y de noche, sin más luz que las velas que acompañan al "Abuelo" por las calles antiguas de la ciudad, lo que hace, a mi parecer, que sea una de las procesiones más emotivas e impresionantes.

La Semana Santa palentina está declarada de interés turístico nacional desde 2005, por lo que recomiendo venir a conocerla y de paso disfrutar de mi pequeña gran ciudad.

Bueno pues está claro que el ser cofrade es un sentimiento, de hecho mi boda fue en la capilla de la cofradía (era lo único que tenía claro), como mis padres, mis tíos y más familia.

Pues a pesar de la sobriedad que alberga la semana santa y que a veces a los más pequeños les entra miedo, propongo estos minicake con sus nazarenos cargando la cruz dedicados a los peques. Aunque es de limonada, de la cofradia por supuesto, la receta es secreta solo la conoce el bodeguero, pero os pongo una que no está mal y consta de los mismos ingredientes aunque no de las cantidades exactas.

La costumbre de la limonada es tomarla como recuerdo a la que le dieron a Jesús. Este pastel le podéis hacer de otra cosa, y además al hornear el alcohol se evapora por lo que no hay problema de ser probado por todos.

INGREDIENTES (molde de 12 cm):

Limonada:

300 ml de vino tinto
100 ml de agua
4 cucharadas de azúcar
1 limón

Bizcocho:

100 gr de azúcar
70 gr de mantequilla
1 huevo
115 gr de harina
75 ml de limonada
1 cucahratida de levadura
ralladura de 1/2 limón

Frosting de queso:

100 gr queso blanco de untar
75 gr azúcar glass
60 gr de mantequilla
3 cucharadas de limonada
una pizca colorante en gel morado

Decoración: Fondant morado, amarillo y marrón

PREPARACIÓN:

Limonada:

Se debe preparar varios días antes, aunque con tan poca cantidad 3 días es suficiente.

En una jarra, cazuela de barro o cristal (Nunca de metal), ponemos el limón cortado en trozos, el limón y después en un vaso aparte disolvemos el azúcar en el agua que agregaremos a la mezcla. Tapamos y dejamos reposar.

Bizcocho:

Batimos la mantequilla a temperatura ambiente hasta tener una crema, después agregamos el azúcar hasta obtener una crema homogenea, a continuación el huevo. Por último incorporamos la harina junto con la levadura tamizada que iremos mezclando para tener la masa. En ese momento incorporamos la limonada y la ralladura del limón que mezclaremos bien.

Vertemos sobre el molde que hemos engrasado previamente e introducimos en el horno precalentado a 180ºC durante 30 minutos o hasta que al pinchar salga el palo limpio.

Dejamos enfriar en el molde.

Frosting:

Para la crema que de queso, batiremos el queso junto con la mantequilla unos minutos hasta tener una crema después agregamos el azúcar a pocos hasta que esté totalmente integrado y por último la limonada y el colorante ya que el color obtenido no es muy morado que era mi idea.

Para la decoración:

Cortamos el bizcocho a la mitad y rellenamos con el frosting, que utilizaremos para cubrir la tarta. Después hacemos unos nazarenos con su cruz de fondant, yo he hecho la túnica que conozco, unas flores que repartiremos por la tarta.